lunes, 4 de abril de 2011

Sueño de una noche de verano.



Acaricia el corazón con el mismo deseo y dulzura que esas notas reencontradas. Estas lagrimas felices que nunca terminan de brotar. No hay nada que cambiar, no hay nada que decir, pierdo los sentidos. Mi mente quisiera estar donde está mi corazón, lejos pero cerca.

Si pienso, siento que respiro.

Sensaciones... son motivos, inquietudes, falsedades y tristezas. Y si a estas sensaciones les pones color... son alegrías, que desea tu mente crear para volar o caer.

Sentir algo, aunque no lo vea, aunque no lo sienta, aun cuando existan murallas de por medio que aíslen y alejen. Cierro los ojos... respiro profundo.. y conduzco un coche por una carretera donde hay una secuencia de imágenes nítidas, transparentes, que me impulsan acerca de esa situación que día a día no me dan sueño, no me permiten olvidar, no me permiten estar..Es una playa.

Abro la ventana del ensueño, estoy en la playa, hace un clima caluroso pero agradable, es de noche. Me recuesto en la arena y floto en un ambiente inexistente, nuevo. Moldeo suave y profundamente una imagen, un ser, es esperanza, alegría, ilusión, fuerte, versátil con aroma a verano. Es una imagen lejana como el horizonte sin fin, este ser, es deliciosamente dulce como la miel de unos besos, como el calor de unos brazos, pasa el tiempo... los momentos.... las horas y cada día tengo más claro que la mejor filosofía para vivir la vida, es pensar que la vida: " Son dos días y uno de esos dos días llueve" , y si uno de los dos días llueve, el día que me queda, tengo claro dónde, cómo, cuando y con quien me gustaría vivirlo...

2 comentarios:

  1. ¡Qué gran reflexion! Pues es así: la vida son dos días y uno de esos dos llueve. ¡¡¡Así que te quiero ver disfrutando de la vida desde yaaaaa!!! ^^

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  2. Lo vivirías conmigo no? jajaja :)

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